sábado, 5 de mayo de 2012

SOBREVIVIENDO AL CAOS

Después de más de un año en España,he decidido emigrar de nuevo a Escocia,que se ha convertido en una especie de 'segunda patria', a mi pesar.
Me he acostumbrado mal a la comida,al clima y a la forma de vida hispanas,por lo que mi vuelta al reino unido ha sido especialmente dura.
Para empezar,llego a mi nuevo "hogar" ,y lo que encuentro me sume en un estado de shock,que se prolongó más de una semana.
El destino me ha colocado en un pequeño alojamiento hostelero,al oeste de Escocia,a 16 km del pueblo más cercano y a 6,5 km de la parada de bus más próxima.Viajar a cualquier sitio supone una odisea de un alcance inimaginable.
A veces me siento como un recluso en una prisión de máxima seguridad,en mitad del desierto más inhóspito del planeta.Aunque en este caso,el desierto es un lago y un paisaje de un verdor insultante ( un alivio).
El lago Awe,se encuentra en el oeste escocés y es el de mayor longuitud del pais ( unos 40 km).Todo un paraiso para los amantes de la pesca ( el salmón y la trucha abundan en sus gélidas aguas).La carretera que circunda este gigantesco mar de agua dulce es una estrechísima sucesión de curvas y peraltes,con un asfalto deteriorado,que contribuye aún más a darle un aire desolador a la zona.
Una vez superada la fase de adaptación,mi fiel bicicleta me saca del ostracismo,para explorar esta región  de las West Highlands.El Loch Awe invita al relax y a indagar en toda su circunferencia.
La soledad es a veces tan brutal,que abruma.En 40 km,recorriendo toda su cara sur,no encontré ningún pueblo,digno de ser llamado como tal.Tan solo un par de "villages" ,con una cabina de teléfono y un buzón de correos ( eso,para los nativos,ya es un pueblo !!! ).
Hasta la fecha,mi ruta más larga ha sido a Oban,un pueblo pesquero,en la costa oeste,que me ha supuesto 110 km de esfuerzo.La primera escapada a la "urbe" ( Oban es la capital del distrito de Argyll and Bute,con 8000 habitantes !!!!!!!! ) resultó muy trabajosa,debido a la persisitente lluvia  ,que no dejó de incordiarme en todo el camino.Estaba claro que los elementos no me lo iban a poner nada fácil.
Llegué a Oban empapado y dando unos tiritones de miedo.El clima escocés me dio su bienvenida a este rincón de las Highlands,a su manera.
Lo que en condiciones normales sería un paseo rutinario,aquí se convierte en una aventura.
La bici me sirve como vía de escape,ante el caos que veo a mi alrededor.Jamás he estado inmerso en un lugar de trabajo tan imprevisible y caótico,donde la normalidad brilla por su ausencia.Pero aparte de su
labor de desconexión  y su vertiente deportiva,en estas circunstancias,mi bici se convierte en un medio de transporte esencial.
Si necesito ir a una oficina de correos,a comprar comida,o cualquier otra cosa,mi fiel aliada me permite no depender de favores ajenos,que tan poco me gustan.Sin ir más lejos,estoy escribiendo estas líneas desde el tren,camino de Glasgow.Tengo que hacer un par de gestiones,sin demora.Menos mal que un vehículo a dos ruedas espera impaciente mi llegada a la estación de Dalmally,atada a un poste,para " conducirme " de regreso al   "hogar",en la inquietante soledad de la noche.En gran medida ,gracias a ella,puedo sobrevivir al caos que me rodea.
Con la mente puesta en cambiar de aires lo antes posible,aprovecharé mi segundo día libre para seguir explorando el lago Awe,a lomos de mi fiel amiga.Sobreviviendo al caos.

SEE YOU ON THE TRACKS

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