Cambiar un pequeño hotel,en medio de ninguna parte,al lado de un plácido lago,al que se accede por una accidentada carretera de un solo sentido; por una gran urbe cercana al medio millón de habitantes,repleta de tráfico y de ruido,no es tarea fácil.
Cuando ¨aterricé¨ en Liverpool,choqué de bruces con la realidad.La muchedumbre y la cantidad ingente de coches,me despertaron de mi idílico sueño.Desde ese preciso instante,asumí que no es el lugar ideal para mí.Nunca he sido un urbanita, y despúes de vivir una larga temporada en Escocia,en las Highlands,menos aún.
A los pocos días de mi llegada a la ciudad de los Beatles,me surguió la posibilidad de regresar a mi añorado Aviemore.Pero, por desgracia, tenía que esperar dos semanas para confirmarlo,sin la certeza absoluta de ello.Demasiado tiempo para mí.Mis paseos en bici por Liverpool,se convirtieron en una sucesión de semáforos,atascos,pitidos y estrés en dosis elevadas.Imposible de asimilar por este ser humano de hábitos rurales y tranquilos.Mis días en la gran ciudad,estaban contados.
De nuevo,urgía un cambio de aires,en busca de un sitio más ¨habitable¨.Aviemore se cruzó en mi camino en el momento equivocado,cosas del destino,que no quiso que nos reencontraramos.Una pena,que me hizo caer en la añoranza de tiempos no tan lejanos.
La única opción consistente que tenía, era emigrar al sur de inglaterra,al extremo más occidental,concretamente a Plymouth,donde un amigo y un puesto de trabajo esperan,algo es algo.De nuevo,una ciudad aguardaba mi llegada,en este caso más pequeña que Liverpool, y con más posibilidades de usar la bici.Mi fiel compañera descansa, embalada entre plásticos y cinta adhesiva, a la espera de mis primeros quilómetros por el suroeste británico.Confío en que pueda disfrutar de ella,en un ambiente algo más relajado,y que cumpla una vez más su papel de evasión,deportivo, y de medio de transporte.La idea de nuevas rutas y descubrimientos a lomos de mi bici,mantiene mi estado anímico en niveles aceptables.
Mis últimas horas en la urbe,se tiñen de impaciencia,ansioso por llegar cuanto antes a mi nuevo punto de partida.Atenazado por el miedo y la fatiga,soy incapaz de conciliar el sueño.Un largo viaje en autobús (más de 9 horas) me conducirá a Plymouth,donde mi espíritu de supervivencia,tendrá que pasar una dura prueba, y van...
Ojalá que todo el sufrimiento que padezca ,sea fruto de pedalear sin pausa por nuevos horizontes y hacer rutas de gran dureza por parajes inolvidables.
De ser así,me sentiré muy afortunado,en este mundo mutable que vivimos.Aunque no depende de mí,está en manos de un dios superior de naturaleza indescifrable.En manos del destino.
SEE YOU ON THE TRACKS
Cada día escribes mejor! Estás hecho un máquina y un "culo de mal asiento".... Saludos
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